Convivencias de wawas y adolescentes en tiempos del COVID-19 en el Norte Potosí y Cochabamba (Bolivia)

Fernando Antezana, representante de PUSISUYU, organización coparte del PRA, nos comparte una reflexión que pretende visibilizar las percepciones y representación que está generando la presencia del COVID 19 en Bolivia, particularmente en las niñas, niñas, adolescentes –en adelante usaremos la palabra wawas- y jóvenes del Norte Potosí (NP) y en algunos espacios urbanos de la ciudad de Cochabamba.

El coronavirus (COVID 19), la pandemia global, es sin duda, ni precedentes en la historia larga y corta duración, la mayor amenaza a nuestras vidas, no sólo por los efectos en nuestra salud, sino también por las modificaciones en las formas de convivencia e interacción de las personas. La convivencia de los humanos hoy está en crisis, así como la intervención de los estados nacionales. La incertidumbre y el miedo se ha incorporado en el imaginario social, reforzado por la obligatoriedad de cumplir con la cuarentena –días a guardar-, como dispositivo de aislamiento social.

Lo que sigue son fragmentos de testimonios que giraron en torno a entendimientos sobre la pandemia –el COVID 19-, la educación, el acceso a los alimentos, las dimensiones de la convivencia, ligada a la ocupación del espacio y el rol de las instituciones

Los entendimientos y representaciones sobre el coronavirus y sus efectos son todavía parciales, debido a la insuficiente información que han recibido, está situación es más evidente en el ámbito rural. Los estudiantes del Norte Potosí afirman que:

“La verdad estamos poco informados, en el colegio, la directora de manera muy general nos dijo algo sobre la enfermedad, nos recomendó utilizar alcohol y gel para mantener las manos limpias, así evitar el contagio”.

Las wawas para informarse, tanto del NP, así como de la ciudad de Cochabamba, recurren a las redes, entre las principales están el WhatsApp y Facebook, donde dicen que: “hay mucha información…” En el Norte de Potosí, algunos comunarios piensan que no existe el COVID 19, y dicen: “tal vez la noticia es falsa, es un invento para recorrer la fecha de las elecciones nacionales –prevista para el 3 de mayo-. El (Arturo) Murillo (Ministro de Gobierno) y la Jeanine (Áñez)(presidenta en ejercicio del Estado Plurinacional del Bolivia) están haciendo su campaña”. Por su parte las iglesias evangélicas, los hermanos en sus “cultos” están pidiendo que se ore: nos han dicho que oremos y cuidemos mucho, pero no es suficiente siempre, también tenemos que lavarnos las manos y utilizar tapa bocas, pero en los campos no hay donde comprar…”.

Educación

En el manejo de la crisis y para evitar el contagio masivo, en todo el territorio nacional, se suspendió las labores educativas, a partir de la segunda semana de marzo. Consultando al respecto en las comunidades, nos dijeron:

…no hemos visto muchos cambios, la gente sigue haciendo sus actividades, tal vez lo diferente es que no hay escuela para las wawas.
… los perjudicados somos los que no asistimos, porque algo siempre aprendemos, pero ahora no estamos dedicados al estudio…

Esta situación tiene un efecto positivo, en los quehaceres de la chacra, a diferencia de años anteriores en el que los/as niños/as, en estos meses estaban en clases, ahora acompañan a sus padres en la cosecha, pasan la mayor parte del día en sus parcelas, por tanto, el contacto y el posible riesgo de contagio se menor:

Actualmente estamos ayudando a nuestros padres en las cosechas de papa y en la realización del barbecho –preparación de los terrenos en descanso- para la próxima siembra de papa…
Nuestras abuelas y abuelos son los que se ocupan de pastear las ovejas y ganado… en algunos casos, les acompañan las wawas más pequeñas para cuidar los chanchos…

En las ciudades la crisis del COVID 19, tiene otras comprensiones y entendimientos, tal como manifiestan los siguientes fragmentos de testimonios de adolescentes y jóvenes:

…la situación solo ha llegado a golpear mi salud mental, pues siento una constante incertidumbre de lo que vaya a pasar, no sólo conmigo o mi familia, sino la gente más vulnerable que no se encuentra en una buena posición para afrontar esta crisis sanitaria.
Como estudiante, afecta principalmente a mis estudios que ocupan la mayoría de mi tiempo, estando ahora más nerviosa de ¿qué hacer?
En el estado de ánimo, principalmente por la preocupación por mis abuelos, por su bienestar y su salud.
…la inconsciencia de la gente, frente al peligro y exponer su salud y de su familia.

Es notable que los quehaceres en la ciudad giran en torno al uso del teléfono, video juegos y ver películas.

Autoconsumo  

Hoy y antes la chacra para las familias campesinas del Norte Potosí, es la principal despensa del cual obtienen la mayoría de los alimentos, y más aún en la época de cosechas donde existe mayor oferta de alimentos frescos.

Como estamos en las cosechas de papa, pasamos todo el día en nuestras parcelas, al medio día hacemos wathia es nuestro almuerzo. Las variedades que hemos cosechando son la waycha y la yuraj imilla. La fruta que consumimos cosechamos del valle, ahí tenemos nuestras parcelas de duraznos y tuna…

Mientras que, en las ciudades, la situación es más compleja, dependerá de la provisión de alimentos adquiridos en el mercado, como nos cuentan: desde el privilegio de tener una casa, una madre con trabajo estable y una despensa llena, está ayudando a sobrellevar la crisis en nuestro hogar, pero no todas las familias tienen esta misma condición… En la actual condición adquirir alimentos se ha complicado porque no se puede salir a comprar, salvo los días señalados.

En el área rural, la preparación de los alimentos, se utiliza la leña, por lo que no es imprescindible la disponibilidad de gas, el cual es de reciente incorporación: “…para la preparación de nuestros alimentos utilizamos leña, el pan que consumimos los hacemos cocer en nuestros hornos de barro…”.

En las comunidades rurales, las plantas medicinales todavía son fuente principal para la armonización de su salud, existen saberes que facilitan su utilización: “sobre la utilización de las yerbas son nuestras abuelas y abuelos que saben más, a ellos les preguntamos…”. Otros insumos de uso cotidiano, provienen de la propia casa o en algunos casos se recurren a los vecinos. Hoy la principal fuente de alimentación de las familias campesinas proviene de las cosechas de sus chacras, por lo que les pone en situaciones de mejor resiliencia para enfrentar la crisis.

Mientras que en las ciudades son en las farmacias donde la gente compra los medicamentos para curarse: “debido a las limitaciones para salir, hasta en las farmacias hay que hacer largas colas…”.

Convivencia y ocupación del espacio

 Los comunarios viven en asentamientos dispersos, por lo que cada familia vive más o menos independientemente, en algunos casos son pequeños ranchos conformados por no más de tres familias, que sumados varios de ellos, hacen la comunidad campesina. Por lo tanto, la posibilidad de contacto entre vecinos es menor que en las ciudades, situaciones que aminoran las posibilidades de contagio.

Preguntados sobre el efecto sobre las wawas, nos manifestaron que en las comunidades no tienen mayores dificultades, salvo para los jóvenes que no pueden desplazarse: “…no podemos viajar a la ciudad, no podemos salir de las comunidades…”. Sobre este último punto, vale la pena señalar que, incluso saliendo a las ciudades, actualmente sería muy difícil que puedan encontrar algún trabajo.

Sobre las situaciones de convivencia y los efectos sobre la niñez y adolescencia en el contexto urbano, señalan:

Debido a la paralización de todas las actividades escolares y sociales, puede que esta situación llegue a abrumar a los niños y adolescentes porque deben quedarse en casa, todo el día y durante varios días, cosa que no suelen hacer cuando todo está «normal», así que su rutina se ve afectada.
… los niños necesitan mantenerse activos, es parte de lo que les hace niños, necesitan jugar e ir a la escuela, pero como no pueden…
…el encierro puede afectar en la convivencia de los hogares o si las familias viven en espacios reducidos, en los niños es una parte importante jugar, socializar o ejercitarse, en mi barrio existen muchos parques por lo que se acostumbraba a ver muchos niños en las tardes, si existieran problemas familiares estando en cuarentena se los puede acabar involucrando poniendo más en conflicto la convivencia.
…la principal limitante es que no podemos socializar con nuestros amigos, estamos limitados a jugar, hacer deporte al aire libre…

Mientras las wawas en el campo están con sus padres acompañando y aprendiendo de las actividades propias de la época (cosecha). En las ciudades en cambio, los días a guardar tienen otras dinámicas, como nos cuentan:

…he estado haciendo cosas que mantengan ocupada mi mente, como armar rompecabezas, pintar, hacer manualidades, cocinar, jugar con mis mascotas y leer. Creo que distraerse es necesario en tiempo de incertidumbre. Sin embargo, también procuro mantenerme al día con mis quehaceres en casa y estudiar para cuando retome mis clases…
…tareas del hogar, ver series y películas, leer, llamadas grupales por ocio y de estudio, jugar videojuegos, juegos de mesa…
…las principales actividades que estoy realizando en estos días son las lecturas, ver películas…

Pero también hay otros segmentos de la población, principalmente de la zona Sub de Cochabamba, además de las actividades señaladas, tienen otras tareas, tal como refleja el siguiente testimonio:

Los niños en los barrios marginales se reducen a hacer los quehaceres de la casa como lavar ropa, cocinar, limpieza de casa, tejer y jugar con los hermanitos y mascotas, y los más jóvenes a jugar con su celular.

La realización de las múltiples tareas, en las zonas periurbanas, no limita para que las niñas y niños compartan algunas actividades con sus padres, situación particular a la zona Norte donde la interacción es menor.

A causa de la medida de aislar la sociedad sin planificación previa, también afecta a las wawas de las ciudades, principalmente porque tienen limitaciones de continuar su formación en sus viviendas, debido a que:

El sistema educativo obliga a dejar los libros de lectura en las Unidades Educativas, material accesible y práctico para las wawas. Por la emergencia que ha existido la mayoría a de los maestros no han enviado sus libros a los niños y ellos no tienen que leer…

Por los aspectos señalados, los niños y niñas en el Norte Potosí, hoy viven en un ambiente relativamente seguro, mientras dure los días a guardar. Este escenario, podría modificarse si los adultos y los jóvenes que han migrado como en vacaciones, vuelven a las comunidades: “…algunos jóvenes se han ido al Chapare a trabajar como en vacaciones, de la comunidad han salido siete u ocho…”, estas situaciones inevitablemente incrementan las posibilidades de contagio en el corto plazo, si no se siguen los protocolos definidos para el desplazamiento de las personas mientras dure la crisis sanitaria.

Cabe señalar que un primer foco de contagio comunitario fue en una comunidad del municipio de Santibáñez, ubicado en la ruta que conecta la ciudad de Cochabamba con el Norte Potosí.

Mientras que, en las ciudades, se han modificado la vida citadina, el enemigo invisible ha contaminado los espacios públicos, el miedo y la amenaza está presente en la mayor parte de las personas, no sólo de las personas mayores -ciertamente las más vulnerables- sino de toda la población. Si bien hay acciones de solidaridad para el suministro de alimentos, la constante parece ser individuos –familias- aisladas “luchando” por su supervivencia. Situación que puede ser muy bien graficada, en los lugares de abasto de alimentos (supermercados, ferias zonales, barriales, etc.).

En relación al rol de las institucionalidades y sus autoridades que deberían tener en el manejo de la crisis. En el Norte Potosí, nos dijeron:

Yo sugeriría que lo pueden hacer es revisión a toda la gente y a todos lo que encuentren con esa enfermedad, ellos se aislarían a un lugar alejado y así los de más personas normal harían sus actividades… también habría que cerrar los aeropuertos internacionales así la mayoría de la población, ya no sufrirían de hambre como en la cuarentena total…

En términos de acceso a centros de salud, para la población local es limitado en equipamiento y personal. Los puestos sanitarios, más próximos son Jankharachi e Iturata, donde podrían recibir alguna atención y control del estado de su salud. Los centros tienen capacidad de resolución de dolencias leves. Actualmente existe un médico y dos enfermeras.

En la zona urbana

Por su parte, en la ciudad de Cochabamba:

…tal vez podrían recurrir a la difusión virtual de prácticas de buen vivir en casa, en familia, que les ayuden a mantenerse tranquilos en el hogar, sin grandes preocupaciones. Además, concientizarlos sobre el efecto de sus acciones para/con los demás es una manera de educar a proteger a los demás y, consiguientemente, a sí mismos.
…a lo mejor proporcionar información para los padres de familia o personas a cargo en el hogar sobre mantener la calma, fomentar las buenas relaciones, aprovechar para interactuar más y evitar situaciones de violencia, podría darse la información de forma digital o por televisión. Podrían habilitarse a parte de los números de emergencia, otros para ayuda psicológica para padres y adolescentes…
…educación a través de medios de comunicación…

Otros testimonios, giran en torno al cuidado de la salud:

La producción de volantes y/o cartillas de cuidados frente al COBID19 acorde al medio, plantas medicinales de los abuelos para la tos o el chooj’o, raíz de paiqo, eucalipto, muña, wira wira…
…el lavado de manos y la necesidad de aislar a los enfermos. Sobre la utilización de legía, bicarbonato, sal, etc…

En suma, podemos decir que las sociedades urbanas, así como las comunidades rurales están viviendo a su “manera” la crisis de salud, si bien todavía no hay muchas evidencias de las transformaciones y la muerte de las certezas de las sociedades modernas, hay esperanzas que puedan surgir algo completamente nuevo, somos parte del nacimiento de nuevos comienzos… metamorfosis exacerbada por el COVID 19.

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