“Jóvenes mediadores comunitarios” y “Huertos familiares” son las experiencias de educación comunitaria que forman parte del TINKUY edición Bicentenario

“Jóvenes mediadores comunitarios” y “Huertos familiares” son las experiencias de educación comunitaria que forman parte del TINKUY edición Bicentenario

Experiencias encaminadas por la Asociación Urpichallay y Arenas y Esteras en el marco del Proyecto Regional Andino, y que este año fueron reconocidas por el Ministerio de Educación al fomentar la educación comunitaria local.

Durante 6 días, escolares de distintas partes del país se darán cita en el X Encuentro Nacional de Niñas y Niños de Pueblos Originarios, Afroperuanos y de Otras Tradiciones Culturales, TINKUY 2021, en el que a través de estos espacios de diálogo virtuales podrán compartir e intercambiar conocimientos y prácticas culturales de sus comunidades.

Tinkuy es una palabra en quechua que significa «encuentro», y desde este espacio se busca que las/los escolares expresen sus aspiraciones y demandas sobre la educación y el país que quieren construir. 

Este año, el encuentro lleva como nombre «Voces del Bicentenario: Estudiantes del Perú primero», para propiciar el diálogo y el intercambio de experiencias y aprendizajes vividas durante la pandemia desde la escuela, la familia y la comunidad; y al mismo tiempo poder plantear propuestas desde los derechos de los escolares y los desafíos que se tuvo como estudiantes y ciudadanos en el contexto del Bicentenario de la Independencia.

Experiencias de educación comunitaria

Este jueves, durante el espacio «Encuentro con Madres y Padres de Familia sobre experiencias educativas en el ámbito familiar y comunal», niñas, niños y adolescentes, quienes participaron de las dos iniciativas encaminadas por dos organizaciones que participan del Proyecto Regional Andino en el Perú, contarán la experiencia de  “Huertos Familiares para el Buen Vivir” de Arena y Esteras en Lima y de los “Círculos de interaprendizaje con jóvenes mediadores comunitarios”, impulsado por la Asociación Urpichallay en Ancash. 

Cabe señalar que ambas surgieron como propuesta para hacer frente a la emergencia educativa tras la llegada de la pandemia, y fueron reconocidas por el Ministerio de Educación, por constituirse como propuestas que fortalecen las culturas educativas de las comunidades; además estas fueron difundidas durante las dos primeras ediciones de los Programas de Educación Comunitaria que produce el MINEDU.

Desde Villa El Salvador, se impulsó la iniciativa de los “Huertos familiares” y fue realizada con niñas y niños de Lima Sur, con quienes se compartió materiales para la siembra urbana como: tierra semillas, cajas y también videotutoriales por el Buen Vivir para acompañar el proceso de formación. 

“Con los huertos hemos podido recuperar el vínculo con la tierra, otro es que nos acerca a la familia y sobretodo aprendemos de nuestros abuelos y abuelas, y lo más importante es que nuestras niñas y niños sientan cariño por la naturaleza al comprender todo el ciclo de la vida, la semilla y como de la tierra llega el alimento hacia cada plato”, explicó Ana Sofía integrante de Arena y Esteras.

Huertos Urbanos ha permitido que las familias puedan hacer frente a la emergencia sanitaria que llegó con la pandemia, pues desde casa es posible sanarse y alimentarse mejor. 

“Esta experiencia ha significado un aprendizaje vivencial en tiempos donde toda la educación ha migrado hacia lo virtual Además, nos ha servido para valorar a nuestros adultos mayores y valorar en ese sentido los saberes ancestrales, porque ellos tienen estos conocimientos. Finalmente, ha ayudado al soporte emocional porque niños y niñas, quienes han depositado en la siembra todas sus tensiones ha generado calma. Algo que nos han comentado los padres de familia es que ha significado un ahorro, porque ahora ya no tienes que ir a comprar tus verduras y frutas al mercado sino que las cosechas en tu propia casa.”, agregó Ana Sofía Pinedo.

Por su parte, desde Ancash se desarrolló la experiencia de los círculos de interaprendizaje con jóvenes mediadores comunitarios, en la búsqueda de alternativas creativas e innovadoras para superar los desafíos durante la pandemia que afectó al sistema educativo oficial.

Esta permitió estimular la dinámica educativa en la que los jóvenes alfabetizados desarrollan un rol protagónico como puente entre las culturas educativas oficial y la comunitaria. Así, con el lema “El que sabe enseña más enseña al que sabe menos”, los jóvenes acompañaron la enseñanza y el aprendizaje de niñas y niños dentro de sus comunidades.

En esta experiencia fue clave la articulación de la Red de Docentes Interculturales de la Región Ancash- AMIRA y la Red de Jóvenes Ayllu Mamapatsata Kuyaq, quienes se desempeñan como mediadores comunitarios entre culturas educativas.

Los círculos de interaprendizaje con jóvenes mediadores comunitarios hizo posible adaptar el programa oficial a la realidad y necesidades locales, haciendo del currículo oficial un sistema incremental a la educación comunitaria, fortaleciendo la trama educativa intercultural de la comunidad con la participación de los abuelos o yachaqs, los estudiantes, los jóvenes y los docentes.

Estas y otras experiencias de educación comunitaria serán expuestas del 11 al 17 de julio durante la décima edición del Tinkuy, y que este año coincide con el Bicentenario.  Además, las instituciones educativas prepararán un proyecto de aprendizaje basado en la convivencia desde la escuela, la familia y la comunidad, compartiendo saberes y prácticas de su comunidad para promover la visibilización y valoración de la diversidad cultural y lingüística del país, así como impulsar tus demandas, aspiraciones y deseos para lograr la educación que todas y todos desean.