Criadores de diversidad y jóvenes de la Red AMAK participaron en un encuentro vivencial para compartir saberes de cuidado de cultivos en diversidad, intercambio de semillas y disfrutar de la comida tradicional.
En su acogedora huerta en Marcará, Don Aurelio Apeña recibió a los jóvenes integrantes de la Red AMAK, quienes buscan profundizar más sobre los saberes locales a partir de la interrelación con los yachaq (sabios de la comunidad) vivenciando prácticas y costumbres en torno a la crianza de diversidad de semillas en sus huertos familiares.
Durante el encuentro, las y los jóvenes aprendieron sobre la ritualidad como expresión de respeto a la Madre Naturaleza, conocieron secretos para cuidar los cultivos en los huertos y preparar alimentos saludables.
Revalorar los huertos familiares.
Como cada año, la Red de Jóvenes AMAK celebra la llegada del Nuevo Año Andino, con un momento ritual en el que se realiza la bendición y el florecimiento de las semillas para luego intercambiarlas y llevarlas a sus huertas familiares, para un nuevo camino de las semillas.
Es así que antes de hacer el recorrido por la huerta de don Aurelio, se realizó la ofrenda de permiso a la Patsamama (Madre Tierra). Este momento-espacio ritual los jóvenes junto al yachaq hicieron mesas de ofrenda con semillas de diversidad que cada uno de ellos había llevado, en el que además se conversó sobre la importancia de las semillas en nuestra vida, la alimentación y sobre los desafíos de la crianza de diversidad.
Al final de esta pequeña ceremonia el yachaq entregó las semillas a los jóvenes para que vayan por un nuevo camino y sean llevadas con cariño y respeto, porque “ellas también lloran si se les desperdicia”, asegura don Aurelio.
Siembra en diversidad en los huertos
Tras el ritual, los integrantes de la red AMAK provenientes de las zonas de Huamarín, Acopampa y Marcará, se encaminaron hacia la chacra-huerta de don Aurelio Apeña donde siembra en diversidad. En su parcela se pudo apreciar una gran variedad de plantas medicinales como: borrajas, romero, muña, cedrón, pimpinela, menta, manzanilla, anís, cola de caballo, Patiperro.
Uno de los principales temas que se conversó fue sobre el cuidado de los cultivos y la importancia de los abonos e insecticidas orgánicos. Cabe señalar que una de las principales preocupaciones que surgió en la conversación fue que los agricultores de sus localidades cada vez más utilizan los agroquímicos para los cultivos en sus chacras, por lo que invitaron al yachaq a compartir sus sabidurías para preparar abonos y plaguicidas naturales, que no contaminen la tierra ni envenenen los cultivos, es decir revalorar agricultura limpia que aún siguen practicando los criadores de diversidad en sus pequeñas huertas familiares.
Don Aurelio contó que algunos de los preparados orgánicos que utiliza en su huerto son:
- Insecticida – sulfocalcico: está hecho a base de cal, ceniza, sirve para controlar las moscas y plagas de las frutas, ranchas.
- El biol que es un preparado hecho con pétalos de rosas, vísceras de pescado, leche y cal, este sirve para fortalecer el follaje de plantas y darles vigor.
- Humus – Se procesa tres veces con las lombrices Californianas
Asimismo, don Aurelio contó que, cuando inicio la cuarentena, muchos de los vecinos le tocaban la puerta para poder adquirir algunos hortalizas y plantas medicinales, porque los mercados estaban cerrados. Esta situación, dice él, hizo que muchos vecinos en la zona urbana empezaran a cultivar sus huertos por la necesidad propia. Aurelio Peña señaló cuán importante es tener un huerto en diversidad, pues nos ayuda en momentos más difíciles y nos permite tener una alimentación saludable y sostenible, por lo que motivó a los jóvenes a seguir promoviendo los huertos en sus comunidades.
Comida en comunidad
El buen comer empieza en la siembra y concluye en la mesa, lo que nos recuerda que compartir la comida es otro aspecto importante en la crianza de las semillas, pues si se acaba la crianza se acaba la comida, y con ella se acaba la vida. Es por ello, que don Aurelio Peña invitó a los jóvenes a preparar una pachamanca, comida tradicional de la zona, la cual elaboraron a partir de los cultivos de su huerta. Durante su preparación el yachaq compartió algunos secretos para preparar esta comida vinculada a la cosecha en la zona andina.
Por un lado, estuvo Don Aurelio junto con un grupo de jóvenes, quienes se dedicaron a buscar leña para prender el horno y piedras para pircar o construir con piedras el horno, aquí les hacía reconocer qué tipo piedra se utiliza y les contaba algunas señas.
Don Aurelio comentó que, una vez que se termina de pircar el horno, se debe prender el fuego lo más rápido posible y no dejar que el fuego se apague, por si se apaga es seña que se puede derrumbar el horno.
En tanto, todas las mujeres juntamente con la yachaq Natalia se encaminaron a buscar la planta aromática que se utiliza en la pachamanca: el aliso (huayo), esta planta es llama agua y crece en las acequias, tiene un uso medicinal y también aromatiza la pachamanca.
Tras enterrar la pachamanca se debe esperar 40 minutos para que se pueda cocinar. Un secreto que compartieron los yacahq es que: en este momento nadie debe orinar, porque si no la Pachamanca sale crudo (se corta la cocción).
Estos encuentros entre las y los jóvenes con los yachaq de las comunidades permiten el fortalecimiento y la afirmación en su identidad cultural, revalorando saberes en torno a la crianza de las chacras de diversidad, compartiendo conocimientos por lo que se da también un aprendizaje en comunidad, donde las abuelas y abuelos enseñan de la cultura y de las prácticas de Buen Vivir a las y los jóvenes, quienes mantendrán vivas estas sabidurías, y enseñando la importancia del respeto a la madre naturaleza como persona viva a través de la ritualidad.