Decálogo de la Madre Tierra

“Senti-pensares y expresiones de las redes infanto juveniles de Perú y Bolivia sobre su convivencia con la Pachamama”.

Un nuevo relacionamiento con la Naturaleza

“Recuperar el respeto y el cariño hacia la Madre Tierra”es la propuesta de las redes de infancias y juventudes de Bolivia y Perú, que parte de sus senti-pensares, expresiones y acciones para una nueva convivencia con la naturaleza, que promueva su cuidado y regeneración.

Los desafíos actuales entorno a la crisis ambiental y climática se han convertido en la principal preocupación de las infancias y juventudes, quienes ven con incertidumbre sus posibilidades, y las de las futuras generaciones, a vivir y disfrutar en un ambiente saludable. Esta situación ha movilizado a niñas, niños, adolescentes y jóvenes de todo el mundo a alzar su voz para interpelar especialmente a los gobiernos a promover y garantizar los derechos ecológicos de la población.

En los países del territorio del Abya Yala (América Latina), las protestas que exigen un ambiente sano han estado acompañadas de la propuesta para cuidar a la naturaleza, sustentada en la cosmovisión de pueblos indígenas del Buen Vivir (sumak kawsay, suma qamaña, vivir bien), que rescata los valores de las comunidades originarias sobre su relación de armonía, equilibrio y respeto con la Madre Tierra o naturaleza; punto de quiebre con la mirada antropocéntrica que la define como un recurso, un objeto disponible que puede ser manejada, mercantilizada y explotada a conveniencia.

Esta mirada más cultural sobre las relaciones de convivencia con la naturaleza, contenida en el Buen Vivir y en las prácticas y cosmovisiones de las comunidades indígenas y originarias como las andinas y amazónicas, han sido revaloradas y visibilizadas por las nuevas generaciones, mostrando que es posible otra forma de habitar esta casa común.

Este es el caso de los integrantes de redes infanto-juveniles de Bolivia y Perú, participantes del Proyecto Regional Andino (PRA), quienes en el 2019 iniciaron un proceso de diálogo y reflexión sobre los impactos de las problemáticas ambientales en sus territorios y qué acciones podrían plantear para resolver los desafíos en sus comunidades, así surge la propuesta de una nueva relación entre humanos y la naturaleza, poniendo en ese entonces en el foco de atención al agua.

Los círculos de reflexión se iniciaron en la ciudad de Huamanga (Ayacucho), donde se reunieron jóvenes, niñas y niños de la red Maqta Chuyas, que acompaña la Asociación Bartolomé Aripaylla. Ellas y ellos plantearon que el agua no era solo un recurso, sino que era madre, persona, era Yakumama. Así, se abrió escenario para explorar cómo eran estas relaciones de convivencia con la Madre Agua, desde las diversas culturas propias de las redes infanto-juveniles, de las ocho regiones en las que se desarrolla el PRA en Perú y Bolivia. El resultado de estas conversaciones fue un decálogo con 10 puntos que condensa el senti-pensar de jóvenes y niños sobre su relación de cariño y respeto hacia la naturaleza.

Este documento, que recoge la voz de los integrantes de estas redes hizo camino en los siguientes años junto a diferentes acciones emprendidas en sus territorios, que partieron de la regeneración de fuentes de agua, como puquiales, ojos de agua, ríos, lagos, lagunas, hasta la promoción de políticas locales, nacionales y binacionales para la protección, cuidado y defensa del agua. Incluso buscando el reconocimiento del agua como sujeto de derechos, desde el enfoque de la Jurisprudencia de la Tierra; todo esto realizado en un trabajo articulado con la comunidad, las escuelas, las autoridades municipales y los gobiernos de ambos países.  

A inicios de este año, estas mismas redes infanto-juveniles con acciones claves en sus territorios, con nuevos cuestionamientos, tras meses de afrontar nuevas crisis a causa de la pandemia y el retorno a sus comunidades, plantearon nuevamente la reflexión. Pero esta vez, orientada a preparar una propuesta que exprese una nueva comprensión en las relaciones entre humanos con la naturaleza, basada en las prácticas, saberes y tradiciones culturales propias, con las cuales reenfocar las relaciones de manejo y explotación de la naturaleza hacia una relación de convivencia de cariño y respeto con el ambiente. Así surge el Decálogo de la Madre Tierra.

Con este nuevo relato, las y los integrantes de estas redes alzaron su voz para decir: No más seguir tratando a la naturaleza como un objeto. No podemos manejar a nuestra madre. No podemos continuar con esa mirada instrumental de las personas hacia la naturaleza de manejo y explotación. A la Pachamama hay que criarla porque ella nos cría a nosotros.

El Decálogo de la Madre Tierra, es el senti-pensar y expresiones de niñas, niños y jóvenes de Bolivia y el Perú que señalan que el humano es una persona, pero también es tan persona la naturaleza: en este caso, la tierra, las plantas, las semillas, las aguas, las montañas, todo cuánto nos rodea tiene vida y merece respeto.

“Pachamama, es nuestra madre y es criadora. Es nuestra gran casa común y debemos cuidarla y ayudar en su regeneración”, señalan los niños y jóvenes en este decálogo. “Si queremos vivir en un ambiente sano y con bienestar, debemos también cuidar a la naturaleza revalorando y practicando nuestros saberes ancestrales, conversando con la Pachamama a través de los rituales y regenerar el tejido de la vida en comunidad, tanto en el campo como en las ciudades”. 

Asimismo, este nuevo relato de convivencia con la naturaleza planteada por las redes infanto-juveniles, busca que la naturaleza sea reconocida como sujeto de derechos, para que se garantice su protección y defensa, ante el avance de las amenazas a la Madre Tierra, que ponen en peligro, no solo a la diversidad biológica, sino a toda la humanidad. Esta es la expresión de jóvenes, niñas y niños de ámbitos urbanos y rurales de Perú y Bolivia, una contribución de las redes infanto-juveniles de países andinos, producto de una actividad reflexiva y lúdica, en la que, a través de ilustraciones, dan cuenta de un nuevo esquema de relacionamiento con la naturaleza que revalora las relaciones de convivencia, de respeto y de cariño con la Madre Tierra, que aún se evidencian en las comunidades originarias andinas y amazónicas en ambos países.

Creación colectiva


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“Pachamama, es nuestra madre y es criadora, es nuestra gran casa común y debemos cuidarla y ayudar en su regeneración…si queremos vivir en un ambiente sano y con bienestar, debemos practicar nuestros saberes ancestrales, conversando con ella en los rituales y regenerar el tejido de la vida en comunidad tanto en el campo como en las ciudades”.

Esta es la expresión de jóvenes, niñas y niños de ámbitos urbanos y rurales de Perú y Bolivia, una contribución reflexiva de las redes infanto-juveniles de países andinos, producto de una actividad lúdica y senti-pensante, en la que, a través de ilustraciones, dan cuenta de un nuevo esquema de relacionamiento con la naturaleza…


Presentaciones del decálogo en Perú y Bolivia

Perú: Presentación del decálogo en la inauguración de CASCADA

El pasado 20 de noviembre, la Red Infanto-Juvenil por el Buen Vivir se reunió en la comunidad de Quispillaccta en Ayacucho, para presentar el decálogo de la Madre Tierra durante la inauguración del Centro de Aprendizaje y Saber de Crianza del Agua y su Difusión Ampliada.